Esta semana se celebró el pleno del Parlamento Europeo donde se confirmó algo de lo que se ha estado hablando durante 2022, a partir de 2035 todo los turismos y furgonetas nuevos que se comercialicen en la Unión Europea deben ser cero emisiones, lo que supone el fin de la venta y fabricación de vehículos de combustión como gasolina, diésel e híbridos.
De esta forma se prevé que para 2030 los fabricantes reduzcan las emisiones de CO2 de sus coches un 55% para que en el año 2035 sean 0 emisiones. Pero en esta propuesta que se ha votado, también hay que recordar que existe una excepción en la que se podrá seguir fabricando y vendiendo vehículos de combustión a pesar de las restricciones, se denomina “Enmienda Ferrari”. En este grupo solo entran marcas como Ferrari, Rolls-Royce, etc. Que están por debajo de las 10.000 unidades al año en cuanto volumen, también están incluidas los fabricantes que no alcanzan las 1.000 unidades al año, por fabricar series muy limitadas o a mano.
Estos vehículos tienen este margen debido a que su impacto en las emisiones de la Unión Europea apenas se nota, pero sí deben cumplir con la normativa de emisiones Euro 7 o la nueva que exista en ese momento.
La aprobación de esta medida tuvo a favor 340 votos, 279 en contra y 21 abstenciones. Hubo varias diferencias en cuanto a la hora de votar por parte de los representantes que comentaron lo siguiente:
“Si queremos reducir las emisiones de CO2, tener una movilidad asequible, sostenible y limpia y transformar nuestra industria, tenemos que votar a favor de este reglamento», ha defendido el eurodiputado del PSOE y vicepresidente de la comisión de Medio ambiente de la Eurocámara, César Luena.
Por parte del PPE (Partido Popular Europeo) “la prohibición de los motores de combustión supondrá nuevos coches más caros, la pérdida de miles de puestos de trabajo y llevará a la industria europea al declive. Europa está conduciendo su industria automovilística hacia un callejón sin salida» comento Jens Gieseke.
Esta es una publicación del Grupo Baysan.