Las ciudades europeas se preparan para la invasión de los coches eléctricos a gran escala, anunciando la instalación de varios cientos de miles de cargadores eléctricos. Los británicos de Trojan Energy prueban en la capital londinense un sistema inteligente de puntos de carga que no corrompe la estética urbana. Las ciudades europeas se preparan para una invasión a gran escala de coches eléctricos, anunciando la instalación de cientos de miles de cargadores eléctricos. Los británicos de Trojan Energy están probando un sistema de estación de carga inteligente en Londres que no estropeará el paisaje urbano. Para muchas ciudades, la estética urbana es fundamental, ya sea por no permitir la instalación o por evitar la construcción de edificios que estropeen un entorno más clásico. El paisaje urbano cambiará en los próximos años con la llegada de los vehículos eléctricos, por lo que muchas personas optan por soluciones inteligentes y elegantes frente a la generación actual de cargadores eléctricos.
El primer cargador para eléctricos de uso particular en suelo público
Este sistema dispone de dos variantes, una particular y otra pública. La primera está especialmente indicada para los que no disponen de garaje, por lo que podrían instalar este cargador cumpliendo una serie de criterios locales que permitirán instalar el cargador en la acera pública. El segundo estará a disposición de todos los propietarios de eléctricos, con la instalación centralizada bajo el suelo.
Los de Trojan Energy, en plena fase de prueba piloto desde el pasado febrero y hasta el próximo mes de julio, estudian ahora el comportamiento de los propietarios de los coches eléctricos que están participando, especialmente la forma de compartir el acceso, dando paso a un mercado de carga digital. Una solución que permitirá fomentar su uso, al mismo tiempo que repartir los costes. Por lo pronto, el proyecto piloto cuenta con una red de 150 puntos de carga, con potencias de carga de 7 kW a 22 kW, desconociéndose el coste que ahora están abonando los clientes, pero sin duda se trata de una interesante solución para os gobiernos locales de las ciudades, que pueden contar con líneas de aparcamientos regulados dedicadas exclusivamente a la carga de coches eléctricos, sin estropear el entorno y reducir el espacio para los peatones en aceras.